sábado, 20 de noviembre de 2010

Albert Camus

Camus, Albert, El extranjero, Buenos Aires, Emecé, 1964.

Traducción a cargo de Bonifacio del Carril..  

 

“Todo fue muy rápido después. La audiencia se levantó. Al salir del Palacio de Justicia para subir al coche reconocí en un breve instante el olor y el color de la noche de verano. En la oscuridad de la cárcel rodante encontré uno por uno, surgidos de lo hondo de mi fatiga, todos los ruidos familiares de una ciudad que amaba y de cierta hora en la que me ocurría sentirme feliz. El grito de los vendedores de diarios en el aire calmo de la tarde, los últimos pájaros en la plaza, el pregón de los vendedores de emparedados, la queja de los tranvías en los recodos elevados de la ciudad y el rumor del cielo antes de que la noche caiga sobre el puerto, todo esto recomponía para mí un itinerario de ciego, que conocía bien antes de entrar en la cárcel. Sí, era la hora en la que, hace ya mucho tiempo, me sentía contento. Entonces me esperaba siempre un sueño ligero y sin pesadillas. Y sin embargo, había cambiado, pues a la espera del día siguiente fue la celda lo que volví a encontrar. Como si los caminos familiares trazados en los cielos de verano pudiesen conducir tanto a las cárceles como a los sueños inocentes.”
 
 

2 comentarios:

  1. Una gran selección, un texto tremendamente emotivo aún aislado del original, puede percibirse frialdad y vacío, una fuerte personalidad en el personaje. Mil gracias por permitirnos disfrutar de esta importante muestra de arte literaria. Slds. desde Panamá.

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  2. Gracias por pasar siempre, María. Te mando un saludo (desde Buenos Aires).

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