Stevenson, Robert Louis, “Los libros que han influido en mí”, Juego de niños y otros ensayos - A propósito de Stevenson y su obra, Editorial Norma, Bogotá, 1990. Traducción de Iván Hernández.
Fragmento de “Los libros que han influido en mí”:
“El don de la lectura, como lo he llamado, no es común, ni generalmente comprendido. Consiste, primero que todo, en una vasta cualidad intelectual —una gracia, creo que debo llamarla— mediante la cual un hombre comprende que no está absolutamente en lo cierto, ni que aquellos de quienes difiere están absolutamente en el error. Puede sostener dogmas, puede defenderlos apasionadamente; puede ver que otros los defienden con frialdad, o diferentemente, o definitivamente no los defienden. Pues bien, si tiene el don de la lectura, los dogmas ajenos pueden ser sustanciosos para él. Verá el otro lado de las proposiciones, el otro lado de las virtudes; lo cual, aunque no supone abandonar sus dogmas, puede permitirle considerarlos diferentemente, incluso llegar a algunas deducciones. Una verdad humana, que es siempre en alguna medida una mentira, esconde mucho de la vida al exponérsela. Son los hombres que defienden otras verdades, o, quizás, según nuestro parecer, peligrosas mentiras, quienes pueden ampliar nuestro reducido campo de conocimiento y despertar nuestras conciencias dormidas; algo que parece completamente novedoso, insolentemente falso o muy peligroso, es la prueba de un buen lector. Si trata de comprender su significado, la verdad que lo redime, tiene el talento y debe, pues, leer. Si solo lo hiere, lo ofende, o clama contra las tonterías del autor, mejor que se ocupe de los periódicos; jamás será un lector.”
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