Correspondencias
De Las flores del mal (1857)
Traducción de Ulyses Petit de Murat
La Naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares, dejan a veces escapar confusas palabras. El hombre pasa allí a través de bosques de símbolos, que lo observan con miradas familiares.
Como largos ecos que de lejos se confunden en una tenebrosa y profunda unidad —vasta como la noche y como la luz— los perfumes, los colores y los sonidos se responden.
Hay perfumes frescos como carne de niño, dulces como los oboes, verdes como las praderas. Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes, que tienen la expansión de las cosas infinitas, como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso, que cantan los transportes del espíritu y los sentidos.
Las ventanas
De Spleen de París (1959)
Traducción de Joaquín Negrón Sánchez
Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente iluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña, sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstruido la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digan: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy!
Genial!
ResponderEliminarHola, Victoria. Aquí, otra traducción de "Correspondencias".
ResponderEliminarSaludos
Traducción de Ángel Lázaro
Naturaleza es templo donde vivos pilares
Dejan salir a veces una palabra oscura;
Entre bosques de símbolos va el hombre a la ventura,
Símbolos que lo miran con ojos familiares.
Igual que largos ecos lejanos, confundidos
En una tenebrosa y profunda unidad,
Vasta como la noche y cual la claridad,
Se responden perfumes, colores y sonidos.
Así hay perfumes frescos cual mejillas de infantes,
Verdes como praderas, dulces como el oboe,
Y hay otros corrompidos, estridentes, triunfantes.
De una expansión de cosas infinitas henchidos,
Como el amizcle, el ámbar, el incienso, el aloe,
Que cantan los transportes del alma y los sentidos.
Qué diferentes las traducciones. Voy a leer la original en francés.
ResponderEliminarGracias!