Barthes, Roland, La cámara lúcida (1980), Buenos Aires, Paidós, 2011.
«En el fondo –o en el límite- para ver bien una foto vale más levantar la cabeza o cerrar los ojos. “La condición previa de la imagen es la vista”, decía Janouch a Kafka. Y Kafka, sonriendo, respondía: “Fotografiamos cosas para ahuyentarlas del espíritu.Mis historias son una forma de cerrar los ojos”. La fotografía debe ser silenciosa (hay fotos estruendosas, no me gustan): no se trata de una cuestión de “discreción”, sino de la música. La subjetividad absoluta solo se consigue mediante un estado, un esfuerzo de silencio (cerrar los ojos es hacer hablar la imagen en el silencio). La foto me conmueve si la retiro de su charloteo ordinario: “Técnica”, “Realidad”, “Reportaje”, “Arte”, etcétera: no decir nada, cerrar los ojos, dejar subir solo el detalle hasta la conciencia afectiva».
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